Hoy soñé que la Virgen se me aparecía. Iba conduciendo por la autopista que comunica el aeropuerto con Bagdad cuando de pronto unos guerrilleros nos obligan a parar el coche. En un perfecto español y con acento castizo nos invitan a bajarnos. Acebes se mea en los pantalones y Esperanza tartamudea tanto que parece un tentetieso. Trillo les pregunta si son agentes de la CIA disfrazados. Les dice que somos españoles, amigos de EE.UU. No parecen serlo porque le pegan una patada en los huevos. Nos explican que nos van a matar varias veces. Ahora hablan en árabe. ¡Qué miedo!. Uno se pone a cantar orientado hacia la Meca. En ese momento, la Virgen aparece. Esperanza se agarra a su vestido. Todos estamos nerviosos y felices. Nos escondemos en su regazo. Los guerrilleros disparan sobre ella, pero no pueden herirla. Son infieles. La Virgen se arranca la cara de cuajo. Es falsa. Una careta. Es Sadam Hussein. Estamos perdidos. Y, entonces, cuando desperté, la aparición aún seguía allí.
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