Las nieves del Kilimanjaro
Estoy negro -es una expresión coloquial- de hacer maletas. Ana y su hija se empeñan en llevarse media casa a Baqueira. Vale la pena, eso sí, enfundarse el traje, las botas, las gafas negras, el gorro y los esquíes. Un auténtico placer. Estoy deseando tocar la nieve y recorrer unos kilómetros de mi especialidad: el esquí de fondo.
Además, me ha llamado Colin Powell. Me ha dicho que vaya pensando en la posibilidad de dividir Iraq en tres países imposibles, al estilo de Yugoslavia. De esa manera, y peleando entre ellos, se debilitarían tanto que serían manejables por medio de la coacción económica. Sería muy importante el reconocimiento rápido de esos nuevos estados (Alemania reconoció Croacia en cuestión de minutos) y su "homogeneidad" étnica, que obligaría a penosas emigraciones. Y en eso yo podría jugar un buen papel al "estimular" a países amigos reticentes.
Le comenté el asunto de Turquía con un Kurdistán independiente y el tema de los chiítas con su adhesión a Irán. Sí, sí, esos son los obstáculos clásicos, pero que importaban un rábano si seguían muriendo soldados cada día.
Me quedé pensativo. O sea, que la resistencia iraquí nos está obligando a cambiar los planes sobre la marcha. Vaya, no era consciente de que la situación fuese tan problemática.
¡Bah!, vaya chorrada. Mejor pensar en el esquí y aparcar el tema del terrorismo unos días. Por cierto, me llama por teléfono Oreja para comentarme que han votado junto a SA y el PSE en contra de los presupuestos del tripartito. Le he dicho que no se vuelva a repetir, que no podemos votar con los violentos. Aunque da igual, lo importante es obstaculizar la acción del gobierno vasco. Si se coincide con SA,... pues mira, coincidimos. Al fin y al cabo, son cosas de números y éstos no atienden a consideraciones morales (apunto esta reflexión en la libreta verde: es muy interesante y de alto calado retórico).
Además, me ha llamado Colin Powell. Me ha dicho que vaya pensando en la posibilidad de dividir Iraq en tres países imposibles, al estilo de Yugoslavia. De esa manera, y peleando entre ellos, se debilitarían tanto que serían manejables por medio de la coacción económica. Sería muy importante el reconocimiento rápido de esos nuevos estados (Alemania reconoció Croacia en cuestión de minutos) y su "homogeneidad" étnica, que obligaría a penosas emigraciones. Y en eso yo podría jugar un buen papel al "estimular" a países amigos reticentes.
Le comenté el asunto de Turquía con un Kurdistán independiente y el tema de los chiítas con su adhesión a Irán. Sí, sí, esos son los obstáculos clásicos, pero que importaban un rábano si seguían muriendo soldados cada día.
Me quedé pensativo. O sea, que la resistencia iraquí nos está obligando a cambiar los planes sobre la marcha. Vaya, no era consciente de que la situación fuese tan problemática.
¡Bah!, vaya chorrada. Mejor pensar en el esquí y aparcar el tema del terrorismo unos días. Por cierto, me llama por teléfono Oreja para comentarme que han votado junto a SA y el PSE en contra de los presupuestos del tripartito. Le he dicho que no se vuelva a repetir, que no podemos votar con los violentos. Aunque da igual, lo importante es obstaculizar la acción del gobierno vasco. Si se coincide con SA,... pues mira, coincidimos. Al fin y al cabo, son cosas de números y éstos no atienden a consideraciones morales (apunto esta reflexión en la libreta verde: es muy interesante y de alto calado retórico).
2 comentarios
Amanda -
Anónimo -
Pero cambiando de tema: tu hija tendrá q tener cuisdiado q lleva panzita y como es lema Opusino, llevará unas bastantes más; que no se arriesgue a dejarnos sin media de natalicios. Ella, por lo menos no tendrá q esperar a la Gran Cartilla de Familia Numerosa; sí sí, esa que es que dan ganas de tener hijos sólo por ella. Recordemos que somos el país de la UE con más bajo índice de natalidad.