Gracias, señor americano

Hola, buenas tardes, me permito presentarme: soy uno de los cuerpos del montón ese de ahí arriba, justo el segundo de la primera fila, empezando por la izquierda. Me gustaría dirigirme a ustedes para agradecer a ese hombretón del bigote el justo trato que he recibido, junto a mis compañeros, en la penitenciaria de Abu Ghraib.

Como ustedes saben soy un simple moro. Hace muchos años, quizás mis antepasados si merecieran esplendor y una cultura aceptable para Occidente (Mesopotamia y todo eso que me han contado). El caso es que ahora, junto a mis compañeros, me he convertido en un fanático islámico de piel oscura, que solo pretende destruir el modo de vida occidental. Y por eso, este amable señor, me pega y humilla diariamente todo lo que humanamente puede. Yo odio a los americanos por naturaleza. Me dan envidia sus cosas, su libertad y su comida rápida, el dinero que tienen y todo eso. Los odio. La verdad es que soy muy idiota y zafio.

Estamos realmente contentos de que estos señores hayan ocupado militarmente nuestro país y que lo consideren suyo. ¡Necesitamos mano dura!. Somo niños descarriados que deben encauzar su comportamiento. Algún día seremos conscientes de todo el bien que la Coalición Internacional no está ofreciendo desinteresadamente. Y al frente de todos ellos, liderando el bien contra el mal, los EE.UU., ese gran país que odiamos. Porque no "carburamos" mucho, porque somos atrasados, porque somos islámicos y decimos Alá cuando no viene a cuento, porque queremos morir aquí, en esta prisión, para pagar el mal que quizás haríamos o, quién sabe, el que ya hicimos.

Gracias, señor.