Días de Penitencia
En un comentario al post anterior de un fogoso joven pro-israelí. O sionista. O antipalestino. O antiárabe. O aprendiz de neoconservador. O yo que sé, la verdad. Decía:
"Antes de hablar del conflicto árabe-israelí, del cual no tienes NI PAJOLERA IDEA, lee, infórmate bien, reflexiona, analiza, viaja a Israel (si tu antisemitismo te lo permite), y luego empieza a escribir otra vez."
Un comentario casi militar. A la israelí, ya digo.
Bueno, vamos allá. Intentemos resucitar de nuestras propias cenizas, como Hari en "Solaris".
Acaba prácticamente de producirse un atentado, varios, en la frontera de Israel con Egipto. Un lugar privilegiado de turismo para la población israelí.
Uno de las voces de este gobierno ya apeló a "Al-Qaeda", ese monigote que los gobiernos de EE.UU. e Israel lanzan a lo que consideran sus clientes mediáticos (en primer, sus propias poblaciones) para cuadrar sus actuaciones en Iraq y Palestina.
La incursión en Gaza ha ocasionado un número obsceno de muertos (es normal, se llama "Operación Días de Penitencia"). Lógicamente, cualquiera convendrá que asesinar ("liquidar en terminología israelí") a población sin más recursos "militares" que los del suicidio conlleva la promoción de un eterno polvorín.
Justo el que convierte a Palestina en algo inviable. Un alto cargo israelí afirmó que con la retirada de Gaza, se acabó de hablar de un Estado Palestino (y la payasada de la Hoja de Ruta) hasta el año 2100 como mínimo (o hasta que los palestinos se conviertan en finlandeses).
Ya tienen los estrategas israelíes el cuadro que les emociona: violencia que justifique más violencia. De esa manera siempre podrá existir un ejército que aplaste y domine a los legítimos habitantes de sus propias tierras, los palestinos. ¡Amigos, el negocio es lo primero!.
Por cierto, ¿y todo esto a santo de qué?. ¡Ah, sí!, el comentario del pequeño Sharon. Pues no, no iré a Israel porque ese país se parece cada vez más a una gran prisión. Y a mí no me gustan las cárceles. Sus vigilantes, los israelíes, también son reos. De lujo, eso sí.
O sea, no iré a Israel porque mi antisionismo no me lo permite. Claro que allí también existen antisionistas y judíos que rechazan la política fascista de su gobierno. Igual les hago una visita, ¡mira por donde!.
¿Eso decías, no?.
Sí, seguiremos aprendiendo.
"Antes de hablar del conflicto árabe-israelí, del cual no tienes NI PAJOLERA IDEA, lee, infórmate bien, reflexiona, analiza, viaja a Israel (si tu antisemitismo te lo permite), y luego empieza a escribir otra vez."
Un comentario casi militar. A la israelí, ya digo.
Bueno, vamos allá. Intentemos resucitar de nuestras propias cenizas, como Hari en "Solaris".
Acaba prácticamente de producirse un atentado, varios, en la frontera de Israel con Egipto. Un lugar privilegiado de turismo para la población israelí.
Uno de las voces de este gobierno ya apeló a "Al-Qaeda", ese monigote que los gobiernos de EE.UU. e Israel lanzan a lo que consideran sus clientes mediáticos (en primer, sus propias poblaciones) para cuadrar sus actuaciones en Iraq y Palestina.
La incursión en Gaza ha ocasionado un número obsceno de muertos (es normal, se llama "Operación Días de Penitencia"). Lógicamente, cualquiera convendrá que asesinar ("liquidar en terminología israelí") a población sin más recursos "militares" que los del suicidio conlleva la promoción de un eterno polvorín.
Justo el que convierte a Palestina en algo inviable. Un alto cargo israelí afirmó que con la retirada de Gaza, se acabó de hablar de un Estado Palestino (y la payasada de la Hoja de Ruta) hasta el año 2100 como mínimo (o hasta que los palestinos se conviertan en finlandeses).
Ya tienen los estrategas israelíes el cuadro que les emociona: violencia que justifique más violencia. De esa manera siempre podrá existir un ejército que aplaste y domine a los legítimos habitantes de sus propias tierras, los palestinos. ¡Amigos, el negocio es lo primero!.
Por cierto, ¿y todo esto a santo de qué?. ¡Ah, sí!, el comentario del pequeño Sharon. Pues no, no iré a Israel porque ese país se parece cada vez más a una gran prisión. Y a mí no me gustan las cárceles. Sus vigilantes, los israelíes, también son reos. De lujo, eso sí.
O sea, no iré a Israel porque mi antisionismo no me lo permite. Claro que allí también existen antisionistas y judíos que rechazan la política fascista de su gobierno. Igual les hago una visita, ¡mira por donde!.
¿Eso decías, no?.
Sí, seguiremos aprendiendo.
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