Antoñito y bombardeo a Siria
Ya se han ido. ¡Uff!, qué pesadez. Antoñito pesa más de ciento cincuenta kilos. Qué vergüenza. Intentaba seguir las noticias del bombardeo de Siria. El tonto no me dejaba y, encima, haciendo comentarios: "menudos árabes, josemari, a esos hay que coserlos a bombazos, los únicos que tienen cojones son los israelíes, !qué carajo!". Y no paraba. Tenía razón, eso sí. Pero yo soy el Presidente del Gobierno, y necesitaba saber exactamente cúal era la situación en la zona, por si me requería George para algún encargo. No me extrañará que me llame para que interceda ante Siria y les explique qué deben hacer. Con cuidado, claro. En eso me las pinto solo. No suelo cometer errores y por eso los norteamericanos confían en mí. Me siento útil. Antoñito es un pazguato y un cobarde. Siempre lo fué. ¡Y cómo se arrastó ante mí!. Increíble, quien le ha visto y quien le ve. Solo por esto valía la pena que me hubiese visitado. ¡Qué humillación!. ¡Fantástico!. Me quedo esperando ante el teléfono.
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