La semilla del diablo
Acabo de regresar de mi viaje a EE.UU. ¿Qué puedo decir?. Todos han estado cariñosos y amables. George casi me rompe una costilla de lo fuerte que me abrazó. Condolezza, impecable. Rumsfield, un extraño caballero. Y Powell, el mejor. !Qué hombre tan encantador y extraordinario!. ¡Y negro!. ¿No es maravilloso?. Un negro liderando la política exterior del Imperio. Admiro profundamente ese país que tanto me aprecia.
Noté en la habitación donde me recibieron, un extraño olor. Azufre, me comentó Ana. ¡Qué exageración!. Pero algo pasaba. ¿Quizás sea síntoma del clímax que provoca el dominio?. Nunca estuve tan cerca de rozar el cielo.
El cielo.
De color rojo, encapotado. Va a llover. Lluvia ácida.
Las imágenes lloran sangre.
Los niños yacen en el suelo, decapitados.
La bestia.
Noté en la habitación donde me recibieron, un extraño olor. Azufre, me comentó Ana. ¡Qué exageración!. Pero algo pasaba. ¿Quizás sea síntoma del clímax que provoca el dominio?. Nunca estuve tan cerca de rozar el cielo.
El cielo.
De color rojo, encapotado. Va a llover. Lluvia ácida.
Las imágenes lloran sangre.
Los niños yacen en el suelo, decapitados.
La bestia.
1 comentario
Amanda -
Siga, siga.